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Uganda, la Perla de África, como la denominó Henry Morton Stanley y después Winston Churchill, hace honor a su nombre. Menos conocida que Kenia y Tanzania, miembros también de la Comunidad de África del Este, junto a Ruanda y Burundi, fue nombrada el año 2012 como primer destino turístico por Lonely Planet y en 2013 ha sido catalogada como uno de los 20 mejores destinos del mundo por National Geographic. No en vano su población de gorilas orientales de montaña va en aumento (400 en el Bosque Impenetrable de Bwindi, según el censo de 2011, casi la mitad de la población mundial) gracias a la adecuada gestión de los recursos naturales en las zonas protegidas y al creciente turismo. Pero Uganda ofrece mucho más. También aquí se pueden encontrar los buscados “cinco grandes”, a saber, elefante (de sabana y de bosque), búfalo cafre, rinoceronte blanco (en el Santuario de Ziwa), león y leopardo, y hasta un total de 330 mamíferos. Para los amantes de la ornitología o aficionados en general, más de la mitad de la población de aves de todo el continente africano puede ser avistada entre sus fronteras.
El país, que se asienta entre los grandes lagos del centro de África, destaca por sus espectaculares paisajes, las cataratas Karuma y Murchison, donde el Nilo Blanco se desploma en su viaje desde sus tan buscadas fuentes en la actual Jinja, en el lago Victoria, hasta el delta en el lago Alberto o el canal de Kazinga, entre los lagos Eduardo y Jorge, una de las mayores concentraciones de hipopótamos de África, además de colosales ejemplares de cocodrilos del Nilo. Todas estas grandes superficies de agua alimentadas por las míticas Montañas de la Luna de Ptolomeo, la cordillera de los Rwenzori, en la frontera con la República Democrática del Congo, con nieves perpetuas y el tercer pico más alto del continente, Margherita Peak. Y en algunos lugares del país aún pueden encontrarse etnias que mantienen sus costumbres, como los Karamojong y los Ik, grupos tribales pastoralistas, en el límite oriental-septentrional o los Batwa, pigmeos cazadores recolectores, habitantes del Bosque de Bwindi, en el suroeste. Un país que nos trae recuerdos de las grandes exploraciones de África, con nombres que han quedado grabados en la historia del continente, como David Livingstone, Richard Francis Burton, John Hanning Speke, Henry Morton Stanley, Samuel Baker, Florenze Ssász y tantos otros, no deja lugar a la indiferencia

El Parque Nacional del Bosque Impenetrable de Bwindi se sitúa en el suroeste de Uganda, en el límite de la Falla del Rift. Sus colinas, entre nieblas permanentes, están cubiertas por uno de los bosques húmedos más antiguos y biológicamente diversos de Uganda, que data de hace más de 25.000 años y contiene casi 400 especies de plantas. De forma más conocida, este “bosque impenetrable” también alberga una población de 400 gorilas de montaña (según el censo de 2011), prácticamente la mitad de la población mundial, incluidos varios grupos que pueden ser rastreados. Esta biológicamente diversa región también ofrece cobijo a más de 120 mamíferos, incluidas varias especies de primates, como babuinos y chimpancés, así como elefantes de bosque y antílopes. Conviven alrededor de 350 especies de aves, incluidas 23 endémicas del Rift Albertino. También ofrece la posibilidad de descubrir las culturas locales de los Pigmeos Bakiga y Batwa a través de paseos por poblados.
Dentro del Bioma de Bosque lluvioso tropical y subtropical, pertenece a la ecorregión de la Selva montana de la falla Albertina, según la WWF (World Wildlife Fund), con unas precipitaciones anuales entre 1.200 y 2.200 mm o superiores y unas altitudes entre los 1.160 y los 2.607 m.s.n.m (metros sobre el nivel del mar).

SOBRE EL RASTREO DE GORILAS
GRADO DE DIFICULTAD: MODERADO-EXIGENTE

Esta actividad puede tomar desde media hora hasta 5 horas de caminata por el bosque, siempre variables por la actividad impredecible de los gorilas. Nos adentraremos en un bosque húmedo con alta probabilidad de lluvias y fango, con pendientes que pueden ser pronunciadas y en altitudes que pueden variar de los 1.500 a los 2.500 m.s.n.m., por lo que se requiere una buena preparación física. Los porteadores pueden facilitar la visita, con la propina correspondiente. Llevaremos una mochila pequeña con el almuerzo del día y, al menos, 2 litros de agua por persona, así como el impermeable. Igualmente pantalón largo y calzado cerrado con buen dibujo en la suela y bastones de senderismo, muy recomendables sobre todo en el descenso, que también pueden ser proporcionados por los rangers del parque. Es recomendable llevar los calcetines por encima de los bajos del pantalón para evitar la posible entrada de las denominadas hormigas “safari”. Una de las normas para visitar a los gorilas es tener 15 años cumplidos el día de la visita y no utilizar flash para fotografiarles. El grupo irá acompañado por un ranger.